Lancôme lanza su colección de maquillajes y fragancias primavera-verano 2012-2013
Un paréntesis encantado, al calor de una dulce tarde de primavera. Para esta temporada, Aaron De Mey, director artístico del maquillaje Lancôme, ha imaginado una historia mágica en la que dulzura y belleza se mezclan en un jardín exuberante.
Un auténtico encantamiento que recrea el cuadro El jardín de las delicias del pintor El Bosco.
Un instante suspendido en el que la elegancia se convierte en un delicioso juego...
Es la felicidad de una tarde festiva. Voluptuosidad, frescura, espontaneidad... Una total alegría de vivir.
Disfrutar de la belleza de la naturaleza; dejarse acariciar por el sol que se filtra a través de las hojas; relajarse mirando el cielo, sentada en un banco en medio de la rosaleda... En el ambiente flota un irresistible perfume de levedad. Con un color apenas realzado, los labios se visten de rosa, naranja o fucsia translúcidos que se inspiran en las flores más llamativas, y la mirada se ilumina con un degradado sutil de rosa o verde. Las uñas, por su parte, celebran la mandarina, el rosa y el verde almendra, como si las manos se hubieran sumergido alegremente en un bote de golosinas.
Una colección que mezcla sensualidad con alegría: La Rosaleda era uno de los lugares preferidos de Nelly, la mujer del fundador de Lancôme: su rosaleda era un lugar aparte, creada por Armand Petitjean, en la que podían disfrutar de la dulzura de la primavera rodeados de su flor preferida a la que había convertido en el emblema de su firma.
Inspirado en este exquisito lugar, Aaron De Mey revela el secreto de una tez de rosa: ligera como un soplo, el blush ''La Roseraie'' unifica e ilumina la piel sin que pierda transparencia. Su tono rosado ilumina el rostro al tiempo que su matiz melocotón realza la carnosidad; un toque de nácares verde almendra corrige las rojeces.
Dentro de la colección se encuentra Les YeuxDoux: transparentes y sutiles, estas sombras basan sus tonalidades en los capullos de las rosas y en tonos fucsia. Para las primeras, matices de verde claro, del pistacho a la menta, para un look delicado; para los otros, tonos que van del rosa claro al fucsia encendido para un look más sensual.
Dos cuartetos con variaciones, irresistiblemente apetitosos, para un resultado natural y encantador. Los consejos de Aaron de Mey: crear un color a medida con las dos sombras en tonos medios, a continuación aplicarlo en una capa ligera sobre todo el párpado con la punta del aplicador o simplemente con la yema de los dedos. Seguidamente, iluminar el ángulo interno del ojo y el arco bajo ceja con un toque highlighter. Por último, para esculpir la mirada, difuminar el color más intenso desde la base de las pestañas hasta el pliegue del párpado, Les YeuxDoux (precio al público $ 430).
Por su parte, Color Fever Gloss apuesta por lo natural con una fórmula rica en ingredientes de origen vegetal y un perfume de lavanda. Deliciosa como una golosina, su textura rica en aceite de almendra dulce protege, hidrata y nutre intensamente los labios. Su fórmula ultrabrillante se presenta en dos nuevos colores pastel: un color mandarina y un rosa tan delicados como pétalos... Los consejos de Aaron de Mey: aplicar directamente Color Fever Gloss para dar a los labios un brillo sensual. Otro infaltable es HypnôseDollEyes WP, sello de la feminidad jovial que anima toda la colección, con el que conseguir una mirada encantadora y convertirse en una auténtica Doll Lancôme... Con su cepillo cónico, capaz de capturar l pestaña más pequeña, y su fórmula fluida a base de polvos de nylon, Hypnôse DollEyes ha sido concebida para recrear una auténtica mirada de muñeca: la línea de las pestañas se espesa, se define, se alarga, se curva y se viste con un brillo sutil.
La mirada está desmesuradamente más grande.
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